Ejercicio vs fármacos para disminuir la mortalidad ¿Cuál es más efectivo?

La prevalencia de enfermedades crónicas ha aumentado drásticamente en los últimos años y el sedentarismo es considerado un factor de riesgo para su aparición. Pese a que en muchos casos los fármacos son necesarios para controlar o curar patologías, se ha demostrado que el ejercicio físico es un recurso preventivo y terapéutico para el manejo de toda enfermedad, pero ¿Por qué el hecho de tomar medicamentos nos crea la falsa sensación de que tenemos todo bajo control?

Actualmente la población mundial está cada vez más envejecida y esto se asocia a casos crecientes de enfermedades crónicas. La falta de salud se le atribuye al reposo excesivo ya que la actividad física realizada por las personas es insuficiente para mantenerse saludable. La falta de movimiento provoca progresivamente cambios negativos como disminución de la fuerza, pérdida de flexibilidad, de la movilidad articular, aumento de la grasa corporal, etc haciendo que las personas aumenten su probabilidad de enfermar. [1,2]

Estar enfermo supone un mayor consumo y dependencia de fármacos, sin dejar de mencionar que a la mayoría de los médicos y a los pacientes les resulta más sencillo prescribir fármacos y consumirlos, en lugar de intentar modificar hábitos y estilos de vida, y esto conlleva a que las personas entren en un estado de tranquilidad por creer que con el hecho de tomar sus medicamentos tienen su condición de salud controlada, pero ¿Qué harías si te dijeran que en realidad no es así? [3]

Volvernos dependientes de las píldoras y creer que con consumirlas atacamos totalmente la enfermedad, es una mentira, y hacerlo provocará consecuencias corporales irreversibles a largo plazo.

Tomar exclusivamente medicamentos es alargar el problema disminuyendo la sintomatología de la enfermedad por períodos breves, pero no es la mejor solución y mucho menos te hace estar más sano, pero el ejercicio físico sí. [4,5]

Hoy en día sabemos que el ejercicio constituye una píldora eficaz, eficiente y efectiva para la prevención y el tratamiento de todo tipo de enfermedades y que esta al alcance de todas las personas, esta maravillosa píldora produce múltiples beneficios a nuestra salud y pocos efectos secundarios, de tal forma que su práctica constante ayudaría a disminuir gran cantidad de enfermedades hoy presentes en la sociedad y por ende también se reduciría la capacidad y los recursos de los sistemas de salud públicos y privados.[2]

El movimiento es vida, es necesario incentivar a la población y convencerla de la importancia de ser físicamente más activos, independientemente de tener o no una patología.

Cuando enfermamos, creemos equivocadamente que con el hecho de guardar reposo vamos a mejorar, y no en todos los casos funciona. El ejercicio físico es una gran herramienta incluso cuando alguien cursa con alguna enfermedad.[5]

¿Crees que cuándo un médico nos receta medicamentos, toma en cuenta muchos factores para su prescripción, como la cantidad, la frecuencia, el tiempo? En teoría debería ser así y con el ejercicio no es la excepción porque ocurre exactamente lo mismo, y a eso se le llama prescripción del ejercicio. El ejercicio es muy variable, por lo que siempre tiene que ser adaptado y dosificado a la persona. Para cada uno de nosotros existe una modalidad de entrenamiento ideal, que se elige con base en nuestros gustos, objetivos y es fundamental ajustar dosis en cuánto a tiempo, repeticiones, peso para lograr una adaptación. Ni el corazón, ni los músculos u otro órgano corporal podrán mejorar su estructura o función si no son estimulados de forma adecuada y constante.[2]

 

Conclusión

Definitivamente debemos empezar a cambiar el paradigma ya que, si fuéramos realmente conscientes del valor terapéutico del ejercicio, debería prescribirse como uno de los medicamentos principales o incluso sin dudarlo el más importante, porque ningún otro conseguirá tantas mejoras con tan pocos riesgos. Lograrlo no supone un deseo sino una necesidad que no debe retrasarse más, porque su demora se traduce en más enfermedad y en sistemas sanitarios cada vez más “colapsados” y ya no hay excusa para no utilizar un fármaco tan barato y accesible como lo es el ejercicio físico.

Referencias

  1. Booth F, Roberts C, Laye M. La falta de ejercicio es una de las principales causas de enfermedades crónicas. Compr Physiol. 2012; 2 (2): 1143-1211. DOI: 10.1002 / cphy.c110025
  2. Giráldez M. El ejercicio físico, un recurso preventivo y terapéutico muy valioso y científicamente probado que deberíamos aprovechar mejor. Arch Med Deporte. 2018; 35(6): 354-356.
  3. Fiuza C, Garatachea N, Berger N, Exercise is the real polypill. Physiology (Bethesda, Md.) 2013;28(5):330-58. http://doi.org/10.1152/physiol.00019.2013
  4. Pedersen B, Saltin B. Exercise as medicine - evidence for prescribing exercise as therapy in 26 different chronic diseases. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports. 2015;25 Suppl 3:1-72. http://doi.org/10.1111/sms.12581
  5. Sallis R, Franklin B, Joy L, Ross R, Sabgir D, Stone J. Strategies for Promoting Physical Activity in Clinical Practice. 2014. http://doi.org/10.1016/j.pcad.2014.10.003

 

 María Fernanda Velázquez Luna

María Fernanda Velázquez Luna

Lic. Terapia Física

Escrito por: María Fernanda Velázquez Luna

Coordinadora y Administradora de JM Fisioterapia®. Lic. en Terapia Física, egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México. Certificada en: Flossingband, Terapia Manual de la Columna Vertebral.

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