Neuroplasticidad y sus adaptaciones al ejercicio

El estudio del cerebro sigue siendo un enigma para el ser humano, hasta la fecha se desconoce del todo su funcionamiento y anatomía. Se dice que el estudio del cerebro es como el estudio del universo, lleno de misterios aún incomprensibles para el ser humano.

El cerebro humano tiene un peso entre los 1300 y 1500 gramos, tiene aproximadamente 11 billones de células nerviosas especializadas, capaces de recibir, procesar y transmitir señales electroquímicas de las que dependen todas nuestras sensaciones, acciones, pensamientos y emociones. Sin embargo, no es el número de neuronas lo más relevante del cerebro, sino cómo están organizadas e interconectadas (1).

¿Qué es la plasticidad cerebral o neuroplasticidad?

La OMS lo define como la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse anatómicamente y funcionalmente, después de estar sujetas a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades (2).

Otros como Ramón y Cajal lo definen como la adquisición de nuevas habilidades que requieren muchos años de práctica mental y física.

La neuroplasticidad es la capacidad de las áreas cerebrales o de grupos neuronales de responder funcional y neurológicamente para suplir deficiencias funcionales, reorganización sináptica y la posibilidad de nuevas sinapsis a partir de una o varias neuronas dañadas.

Neurogénesis

El cerebro y sus estructuras adyacentes son capaces de adaptar y modificar circuitos neuronales existentes, agregando nuevas neuronas a través de la remodelación de sinapsis. El hipocampo es una estructura que presenta capacidad de neuroplasticidad, tanto estructural como sinápticamente. La plasticidad estructural se caracteriza por alteraciones numéricas y morfológicas, mientras que la plasticidad sináptica se caracteriza por el fortalecimiento y remodelación de las sinapsis existentes. La neurogénesis es un proceso dinámico, bien regulado y dividido en fases que lleva alrededor de 4 a 6 semanas para ser completado (3).

Envejecimiento neuronal

El envejecimiento afecta a todos los órganos corporales y su funcionamiento, el cerebro reduce su volumen y su peso comprometiendo funciones como la coordinación, patrones del sueño y pérdida de masa cortical de neuronas.

El cerebro mantiene la capacidad de reorganizarse a lo largo de toda la vida y esta plasticidad describe diversos cambios y adaptaciones neuronales, asociadas a sus interconexiones. Desde esta concepción, el ejercicio promueve transformaciones nerviosas que, en conjunto con la contracción muscular, libera factores hormonales que regulan el metabolismo interactuando diferentes órganos y sistemas (4).

La función del sistema nervioso depende en gran medida del aporte óptimo de oxígeno y glucosa. Para lograrlo, el ejercicio favorece la neuroplasticidad a nivel molecular, celular y estructural. Además promueve la neuroprotección fisiológica, resguardando al cerebro de los golpes internos y externos a las que está sometido a lo largo de la vida.

Se ha demostrado que adultos entre 60-79 años incrementan el volumen de materia gris y blanca bajo entrenamiento aeróbico y adultos mayores que habían practicado actividad aeróbica durante 180 min por semana, durante los últimos 10 años, mostraron estructuras de vasos sanguíneos cerebrales similares a las de las personas más jóvenes (5).

Ejercicio y neurogénesis

Estudios recientes han comprobado que con el ejercicio físico de larga duración o ejercicio aeróbico, ocurren modificaciones celulares y moleculares que resultan en adaptaciones, como aumento en el consumo de oxígeno por los tejidos.

Cabe resaltar que estudios de neuroimagen han mostrado cambios en la estructura y conectividad del cerebro en individuos que participan en programas de ejercicio físico. Estos parecen ser menos predispuestos al desarrollo de depresión y los pacientes diagnosticados con depresión, tienen disminución de los síntomas depresivos después de protocolos de ejercicio (6).

Aprendizaje Motor

El proceso que involucra la adquisición de habilidades sensoriomotoras se conoce como Aprendizaje Motor (AM), el cual genera una serie de cambios en el Sistema Nervioso Central (SNC). Estos aspectos pueden estar afectados de forma negativa en diferentes circunstancias, como en las alteraciones neurológicas y el dolor musculoesquelético (7).

El AM se define como un conjunto de procesos asociados a la práctica o la experiencia de una tarea motora, que conduce a cambios relativamente permanentes.

Durante el aprendizaje e inmediatamente después de una tarea, los cambios fisiológicos y estructurales de las sinapsis creadas permiten que las nuevas conexiones se consoliden y persistan a lo largo del tiempo. Durante este tiempo, la formación de proteínas y los cambios estructurales en la morfología sináptica, permiten que se produzcan cambios duraderos en la eficacia sináptica, también conocidos como consolidación celular (7).

Maquet et al. (8) demostraron que diversas áreas del cerebro, se activan durante la adquisición de una tarea detallada y que estas estructuras son luego reactivadas durante el sueño (en la fase REM de movimiento ocular rápido).

Aprendizaje motor asociado al dolor musculoesquelético

La plasticidad cerebral asociada a procesos disfuncionales dolorosos puede ser revertida mediante el entrenamiento motor. No obstante, dicho entrenamiento debe ser un ejercicio selectivo, a baja intensidad y en un intervalo de tiempo corto.

La gran mayoría de los enfoques de tratamiento en el área musculoesquelética solo consideran la lesión tisular y mecánica como la causa principal de dolor; sin embargo, esto no presenta relación directa respecto a los cambios neurofisiológicos ocurridos en el SNC asociados a la lesión, sino que existen otros factores neurofisiológicos, tales como los cambios neuroplásticos y de reorganización cortical.

Cabe mencionar que el AM prioriza la calidad y la precisión del movimiento, más que la fuerza; es por esto que los ejercicios de fuerza no registran cambios en el mapeo de la corteza cerebral. Por último, es importante insistir en que el entrenamiento contenga una práctica con precisión, atención, concentración y habilidad del sujeto para desarrollar el gesto motor. Lo anteriormente expuesto, proporciona el suficiente sustento para justificar que el AM puede conducir a la plasticidad en el sistema sensoriomotor, la cual se asocia a mejorías en la coordinación motora y la recuperación funcional en pacientes con dolor crónico musculoesquelético(9).

Referencias

  1. Sierra E, Quianella M. Plasticidad cerebral, una realidad neuronal. Rev. Ciencias Médicas. 2019; 23(4): 599-609.
  2. López Roa LM. Neuroplasticity and its implications for rehabilitation. Salud [Internet] July/Dec. 2012 [Citado 11/08/2017]; 14(2). Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0124-71072012000200009
  3. Siteneski A, Sánchez J, Olescowicz G. Neurogenesis and physical exercise: an update. Ecuat. Neurol. 2020; 29(1):125-136.
  4. Pinzón Ríos, Iván Darío; Moreno Collazo, Jorge Enrique. Envejecimiento neural, plasticidad cerebral y ejercicio: Avances desde la óptica de la fisioterapia. Redalyc. 2020; 20 (1): 188-206.
  5. Von Bohlen Und Halbach O (2007) Immunohistological markers for staging neurogenesis in adult hippocampus.Cell Tissue Res 329:409–420. https://doi.org/10.1007/s00441-007-0432-4
  6. Praag H van, Christie BR, Sejnowski TJ, Gage FH (1999) Running enhances neurogenesis, learning, and long-term potentiation in mice. Proc Natl Acad Sci U S A 96:13427–13431. https://doi.org/10.1016/S1353 4858(13)70086-2
  7. Ibacache Palma, F. Araya Quintanilla, R. Aguilera Eguía y M.J. Muñoz Yañez. Aprendizaje motor y neuroplasticidad en el dolor crónico. Rehab. 2018; 52 (4): 259-266.
  8. Maquet P, Laureys S, Peigneux P, Fuchs S, Petiau C, PhillipsC, et al. Experience-dependent changes in cerebral activationduring human REM sleep. Nat Neurosci. 2000;3:831---6.
  9. Apkarian AV, Sosa Y, Sonty S, Levy RM, Harden RN, Parrish TB,et al. Chronic back pain is associated with decreased prefrontaland thalamic gray matter density. J Neurosci. 2004;24:10410---5.
Viridiana Hernández Espinosa

Viridiana Hernández Espinosa

Lic. Terapia Física

Escrito por: Viridiana Hernández Espinosa

Licenciada en Terapia Física, egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Especialista en fisioterapia neurológica pediátrica, ortopédica y dermatofuncional. 

¿Qué ocurre con el cerebro cuando hacemos ejercicio?

“El ejercicio es bueno para la salud” es una de las frases que se dice con frecuencia, pero… ¿Conocemos el significado real? ¿Te has preguntado que ocurre con nuestro cerebro cuando hacemos ejercicio?

Es más que cierto que el ejercicio es una herramienta que aporta múltiples beneficios para nuestra salud física, pero también para nuestra salud mental. Ejercitarnos va más allá de ser una persona “activa”, muchas personas viven con la idea errónea de que al realizar actividades cotidianas en el hogar y estar en constante movimiento están realizando ejercicio físico en sí, pero no todo es verdad. El ejercicio debe cumplir con características especiales ya que debe ser una actividad planeada, repetitiva y con un fin específico. Muchas personas lo realizan por hobbie, otros por salud, por verse bien físicamente y muchas más para prevenir la aparición de enfermedades o como medio de tratamiento, sea cual sea la razón es indudable que realizar ejercicio nos hace cambiar radicalmente nuestro estado de ánimo y esto debido al impacto positivo a nivel cerebral y mental. [1,2]

 

Para poder lograr cualquier movimiento necesitamos de la contracción de nuestros músculos. Esta contracción muscular genera la liberación de sustancias hacia la sangre, las cuales viajan a través de esta y actúan sobre diferentes órganos, incluido el cerebro. En el cerebro estas sustancias inducen a la liberación de “neurotransmisores” cuyo objetivo es trasladar información sobre nuestro cuerpo entre una neurona y otra. [3]

Un neurotransmisor es un componente producido y liberado en el sistema nervioso para que cumpla funciones específicas en la transmisión de la información que se envía de neurona a neurona, para luego finalizar en un órgano o estructura que cumpla con la función establecida. Es decir, interviene en la transmisión de la información motora, sensitiva o cognitiva.

Entre estos neurotransmisores se encuentran la dopamina, la serotonina y la noradrenalina como principales sustancias, las cuales contribuyen a regular diversas funciones, por ejemplo, el aprendizaje, la memoria, el sueño, el estado de ánimo, el apetito, entre otras, todas ellas con repercusión positiva a nivel cerebral ya que esa liberación de sustancias y endorfinas durante el ejercicio persiste inclusive horas después de realizarlo manteniéndonos así con buen estado de ánimo durante el resto del día.[1,2,3]

Actualmente se considera que el ejercicio físico es un antidepresivo y es vital para el tratamiento y prevención de todo tipo de enfermedades, incluyendo las enfermedades mentales, ya que el ejercicio estimula la “neurogénesis”, es decir, ayuda a aumentar la generación de nuevas células neuronales en áreas asociadas con la memoria y al aprendizaje, de ahí la importancia de que se recomiende la práctica regular de ejercicio en pacientes que padecen demencia, depresión, parkinson y no solo exclusivamente en este tipo de enfermedades si no en todas debido a los cambios celulares y moleculares que aporta el ejercicio en el sistema nervioso. [1]

La neurogénesis es un proceso del sistema nervioso en el cual se generan nuevas neuronas, mediante la ejecución de ciertos mecanismos que involucran a las células y a su división celular.

Conclusión

Está más que claro cómo el ejercicio y el cerebro están íntimamente relacionados, aunque es importante mencionar que no cualquier ejercicio físico es apto para todas las personas, ya que cada uno de nosotros tiene capacidades, objetivos y gustos diferentes. Al realizar ejercicio físico es necesario contemplar que cada persona tiene su propio límite físico que no debería sobrepasar, pues al hacerlo estaría sometiendo al cuerpo a un nivel más allá de lo positivo. Por esta razón es recomendable el asesoramiento de un profesional para evitar lesiones o repercusiones negativas, además de que la adherencia al ejercicio es más fácil cuando se tiene conocimiento de cómo hacerlo de forma adecuada y progresiva. El ejercicio es vida y salud.

Referencias

  1. Nay K, Smiles W, Kaiser J, McAloon L, Loh K, Galic S, Oakhill J, Gundlach A, Scott J. Mecanismos moleculares subyacentes a los efectos beneficiosos del ejercicio sobre la función cerebral y los trastornos neurológicos. Int J Mol Sci. 2021 abril 14;22(8):4052. DOI: 10.3390/ijms22084052
  2. Vivar C, Van H. Correr cambia el cerebro: lo largo y lo corto. Physiology (Bethesda). 2017 Nov; 32(6):410-424. DOI:  10.1152/fisiol.00017.2017
  3. Gujral S, Aizenstein H, Reynolds C, Butters M, Erickson K. Mecanismos del ejercicio sobre la depresión: posibles mecanismos neurales. Gen Hosp Psychiatry. 2017 Nov;49:2-10. DOI: 10.1016/j.genhosppsych.2017.04.012

 

 María Fernanda Velázquez Luna

María Fernanda Velázquez Luna

Lic. Terapia Física

Escrito por: María Fernanda Velázquez Luna

Coordinadora y Administradora de JM Fisioterapia®. Lic. en Terapia Física, egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México. Certificada en: Flossingband, Terapia Manual de la Columna Vertebral.

Ejercicio vs fármacos para disminuir la mortalidad ¿Cuál es más efectivo?

La prevalencia de enfermedades crónicas ha aumentado drásticamente en los últimos años y el sedentarismo es considerado un factor de riesgo para su aparición. Pese a que en muchos casos los fármacos son necesarios para controlar o curar patologías, se ha demostrado que el ejercicio físico es un recurso preventivo y terapéutico para el manejo de toda enfermedad, pero ¿Por qué el hecho de tomar medicamentos nos crea la falsa sensación de que tenemos todo bajo control?

Actualmente la población mundial está cada vez más envejecida y esto se asocia a casos crecientes de enfermedades crónicas. La falta de salud se le atribuye al reposo excesivo ya que la actividad física realizada por las personas es insuficiente para mantenerse saludable. La falta de movimiento provoca progresivamente cambios negativos como disminución de la fuerza, pérdida de flexibilidad, de la movilidad articular, aumento de la grasa corporal, etc haciendo que las personas aumenten su probabilidad de enfermar. [1,2]

Estar enfermo supone un mayor consumo y dependencia de fármacos, sin dejar de mencionar que a la mayoría de los médicos y a los pacientes les resulta más sencillo prescribir fármacos y consumirlos, en lugar de intentar modificar hábitos y estilos de vida, y esto conlleva a que las personas entren en un estado de tranquilidad por creer que con el hecho de tomar sus medicamentos tienen su condición de salud controlada, pero ¿Qué harías si te dijeran que en realidad no es así? [3]

Volvernos dependientes de las píldoras y creer que con consumirlas atacamos totalmente la enfermedad, es una mentira, y hacerlo provocará consecuencias corporales irreversibles a largo plazo.

Tomar exclusivamente medicamentos es alargar el problema disminuyendo la sintomatología de la enfermedad por períodos breves, pero no es la mejor solución y mucho menos te hace estar más sano, pero el ejercicio físico sí. [4,5]

Hoy en día sabemos que el ejercicio constituye una píldora eficaz, eficiente y efectiva para la prevención y el tratamiento de todo tipo de enfermedades y que esta al alcance de todas las personas, esta maravillosa píldora produce múltiples beneficios a nuestra salud y pocos efectos secundarios, de tal forma que su práctica constante ayudaría a disminuir gran cantidad de enfermedades hoy presentes en la sociedad y por ende también se reduciría la capacidad y los recursos de los sistemas de salud públicos y privados.[2]

El movimiento es vida, es necesario incentivar a la población y convencerla de la importancia de ser físicamente más activos, independientemente de tener o no una patología.

Cuando enfermamos, creemos equivocadamente que con el hecho de guardar reposo vamos a mejorar, y no en todos los casos funciona. El ejercicio físico es una gran herramienta incluso cuando alguien cursa con alguna enfermedad.[5]

¿Crees que cuándo un médico nos receta medicamentos, toma en cuenta muchos factores para su prescripción, como la cantidad, la frecuencia, el tiempo? En teoría debería ser así y con el ejercicio no es la excepción porque ocurre exactamente lo mismo, y a eso se le llama prescripción del ejercicio. El ejercicio es muy variable, por lo que siempre tiene que ser adaptado y dosificado a la persona. Para cada uno de nosotros existe una modalidad de entrenamiento ideal, que se elige con base en nuestros gustos, objetivos y es fundamental ajustar dosis en cuánto a tiempo, repeticiones, peso para lograr una adaptación. Ni el corazón, ni los músculos u otro órgano corporal podrán mejorar su estructura o función si no son estimulados de forma adecuada y constante.[2]

 

Conclusión

Definitivamente debemos empezar a cambiar el paradigma ya que, si fuéramos realmente conscientes del valor terapéutico del ejercicio, debería prescribirse como uno de los medicamentos principales o incluso sin dudarlo el más importante, porque ningún otro conseguirá tantas mejoras con tan pocos riesgos. Lograrlo no supone un deseo sino una necesidad que no debe retrasarse más, porque su demora se traduce en más enfermedad y en sistemas sanitarios cada vez más “colapsados” y ya no hay excusa para no utilizar un fármaco tan barato y accesible como lo es el ejercicio físico.

Referencias

  1. Booth F, Roberts C, Laye M. La falta de ejercicio es una de las principales causas de enfermedades crónicas. Compr Physiol. 2012; 2 (2): 1143-1211. DOI: 10.1002 / cphy.c110025
  2. Giráldez M. El ejercicio físico, un recurso preventivo y terapéutico muy valioso y científicamente probado que deberíamos aprovechar mejor. Arch Med Deporte. 2018; 35(6): 354-356.
  3. Fiuza C, Garatachea N, Berger N, Exercise is the real polypill. Physiology (Bethesda, Md.) 2013;28(5):330-58. http://doi.org/10.1152/physiol.00019.2013
  4. Pedersen B, Saltin B. Exercise as medicine - evidence for prescribing exercise as therapy in 26 different chronic diseases. Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports. 2015;25 Suppl 3:1-72. http://doi.org/10.1111/sms.12581
  5. Sallis R, Franklin B, Joy L, Ross R, Sabgir D, Stone J. Strategies for Promoting Physical Activity in Clinical Practice. 2014. http://doi.org/10.1016/j.pcad.2014.10.003

 

 María Fernanda Velázquez Luna

María Fernanda Velázquez Luna

Lic. Terapia Física

Escrito por: María Fernanda Velázquez Luna

Coordinadora y Administradora de JM Fisioterapia®. Lic. en Terapia Física, egresada de la Universidad Autónoma del Estado de México. Certificada en: Flossingband, Terapia Manual de la Columna Vertebral.